Turquesa

La turquesa o calaíta es un mineral de la clase 8 (fosfatos), según la clasificación de Strunz, de color verde azulado.
La turquesa se forma en entornos áridos, principalmente en zonas de oxidación de yacimientos de cobre, en filones y venas de esquistos ricos en fosfato. Es un mineral relativamente poco frecuente y se encuentra en forma compacta o microcristalina, siendo muy rara su aparición en cristales de tamaño milimétrico.
El nombre «turquesa» proviene del francés pierre turquoise, que significa «piedra turca», una denominación que surge de una confusión histórica, ya que la piedra no se extrae en Turquía, sino que era comercializada allí antes de llegar a Europa.
Propiedades
La turquesa es una de las piedras protectoras por excelencia: tiene muchas propiedades sanadoras y protectoras: entre otras cosas favorece el descanso, la calma y la vitalidad, estimula el organismo, fomenta el equilibrio e impulsa la creatividad y el desarrollo personal.
A nivel físico
la turquesa se puede utilizar ante estados de agotamiento y de depresión, ya que provoca una sensación de alegría en el interior.
A nivel espiritual
esta piedra de color intenso ayuda o promueve la conexión entre los diferentes planos y despierta la parte mística en nosotros
Como limpiar y cargar la piedra
Una manera muy fácil y sencilla de limpiar la piedra turquesa de las posibles energías acumuladas es sumergiéndola toda una noche en un vaso de agua con sal marina o filtrada (el agua del grifo puede dañar su superficie).
Como todos los minerales, esta piedra se descarga energéticamente con el paso del tiempo: cuanto más se usa, más rápido disminuye su energía. Por ello los expertos recomiendan hacer esta limpieza al menos una vez al mes y sobre todo, estar pendiente del brillo y opacidad de la piedra: si esta se vuelve opaca y se agrieta (o incluso se rompe en fragmentos), es que ha llegado al fin de su vida útil.
Puedes cargar y activar la piedra turquesa como otros minerales similares: dejándola expuesta a la luz de la luna (mucho mejor si es luna llena) durante toda una noche. También puedes dejarla bajo los rayos del sol, pero solo durante un par de horas, para que no se dañe su superficie. ¡La turquesa es una piedra bastante frágil!
Para optimizar el proceso de carga y mejorarlo aún más, puedes poner la piedra turquesa sobre un cúmulo de cuarzo blanco, que amplifica los poderes de otros minerales y hace que estos absorban más energías positivas.
Curiosidades
La turquesa es una de las pocas piedras espirituales que se recomienda llevar sola, ya que su energía es demasiado poderosa y podría interferir con la de otras piedras. Solo se recomienda ‘mezclarla’ en algunos casos con otras piedras de similiares tonalidades azules que tengan una energía similar o más suave, como el lapislázuli o el ágata azul.
la turquesa es una piedra muy recomendable para las personas nacidas bajo los signos de fuego: esto son los Aries, los Leo y los Sagitario. «Es una piedra que ayuda a conectar con el fuego interno que todos tenemos dentro de nosotros, con las ganas de vivir y con la intuición, y que cuadra muy bien con la personalidad atrevida de los nacidos en estos signos

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